Siempre habrá cosas que te molesten de la persona amada, y siempre te hará daño algo que pueda hacer. Pero no es acaso dialogar, sincerarse, comprenderse...las bases del amor. No puede haber felicidad máxima sin esos puntos aislados de enfado y desdicha.
Porque cuando discutimos siento rabia, pero te echo de menos, y experimento que muero sin ti. El mal momento pasa, y tan solo me quedan esas ganas locas de abrazarte, besarte, y decirte cuanto te amo. Decirte que he sido una estúpida, aunque siga pensando que en parte tengo razón. Porque yo digo que es mi culpa, y tú dices que es la tuya, ambos sabemos dar nuestro brazo a torcer, y eso nos hace grandes. Porque el enfado más grande que tenemos no dura más que unas horas, y después de eso todo vuelve a la calma. ¿Calma? Para nada, resurgimos más enamorados que nunca. ¿Y sabes porque nos pasa esto? Por que eres el hombre de mi vida, lo sé. Y porque yo voy a darlo todo día a día para seguir siendo la mujer de la tuya. Porque sin ti no soy nada, aunque suene a título de canción...
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