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jueves, 15 de enero de 2015

Manifiesto de los sentimientos de "R"



¡Nos hemos puesto en huelga! Somos los sentimientos de «R». Esa humana que cuando sonríe, una carcajada hace temblar todo su esqueleto y acudimos rápidos a sus ojos para ver cuál es el detonante de tanta felicidad. Nosotros sabemos absolutamente todo lo que Raquel esconde en ese adorable corazoncito. Y hoy lo vamos a desvelar, porque llevamos meses chivándoselo a ella, una y otra vez, pero no nos hace ni caso.

Nosotros, como buenos sentimientos, hacíamos cola en su puerta para que despertara. La aporreábamos y, un día, casi la echamos abajo… fue en ese momento justo en que «A» apareció en nuestras vidas. Y nosotros, sentimientos fornidos, nos convertimos en flanes bailones, dándonos cuenta de que aquel chico nos imantaba.

Y así somos los sentimientos… ¡inesperados! Nosotros estamos ahí, tan felices, viendo Sálvame, con los rulos y la bata puestos, criticando a la Karmele cuando de pronto: ¡Pum! Se desata una avalancha tan inesperada y tan revolera, que nos revuelve todo. Y estalla el cinturón de la bata para descubrirnos precilocos con nuestro mejor traje de lentejuelas multicolores.

Nosotros que vivíamos tranquilos con alguna que otra pesadilla del Sr. Tomate asesino, que nos perseguía para arrinconarnos hasta que nos salvaba la vida el Súper Queso.

Pero… ¡cuidado! A veces ser feliz viene de la mano de tener miedo a volver a equivocarse. Pánico a un dolor oculto, incurable e inmerecido. Porque él vino para estrujar nuestra vida de forma romanticona. Y es tan difícil pensar en «A» cuando irremediablemente se te escapa una incontrolable sonrisa. Y ante «A» nuestra «R» sonreía, como sonríe la inocencia ante el primer amor: ladeando la cabeza y entrecerrando los ojos, susurrándose que su corazón lata más despacio.

Desde la llegada de «A», Raquel respira suspirando. Avanzaba con la sutileza de un fantasma, brincando sobre las puntas de los dedos del pie y girando hasta elevarse por las paredes. Alguien había sacudido su corazón con un ritmo nostálgico de reggaeton extremo. Entonces nuestro reconfortante interior se vio invadido por mil y una lucecitas decorativas.

Raquel no lo sabe, pero la llegada de aquel hombre estaba escrita en sus tripas y en el corazón. «A» nos abraza tan fuerte, a nosotros y a «R», para que el recuerdo de tenernos en sus brazos le reconforte las horas que no está a nuestro lado. Raquel, tan cocinillas ella, y ahora solo se está alimentando de cariño y de amor.  

Y desde este momento seremos el doble de sentimientos, para caminar enlazando las pasiones de «A» con los de «R». Esos impulsos que nos dan ganas de rozarnos, de tocarnos, de acercarnos para amarrarnos en un beso. Y como dice la canción: no tienes remedio, no tienes remedio, eres mi gran amor.


Adiós, adiós bonitos. 


La entrada de hoy es parte de un intercambio blogger que hemos hecho entre algunas bloggeras. Este texto lo ha escrito mi querida Sonia, o mejor dicho Rukkia jeje, de El revolero mundo de Rukkia. Si queréis leerme a mi en otro registro, encontraréis una entrada mía en su blog hoy mismo, así que os espero por allí jeje. Petuores!!

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