Esta mañana me he dado cuenta de que la vida es como las estructuras. Nos salen grietas en la vida. Sisi, ¡grietas! Y nos da miedo que esas grietas nos hagan colapsar o nos derriben. Pero las grietas son como la sangre, escandalosas. Una grieta no significa el fin, para nada tiene porque querer decir que nada tenga solución. Todo es solventable. Todo en la vida lo es, tan solo hay que reforzar la herida. De hecho, hay grietas que ni eso necesitan. Son un comportamiento normal de nuestra naturaleza. La grieta se crea, existe, pero ella sola se reunifica y todo vuelve a ser como antes, te olvidas de ella hasta que algo vuelve a hacerla renacer. Pero volverá a subsanarse.
No temas, todo aquello que hoy esté mal en tu vida volverá a estar bien. Se paciente.
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