Es tarde y estoy cansada. ¿La hora? Tan solo unos números en mi viejo despertador. Son las lágrimas, las angustias y el nerviosismo quienes me pesan hasta decir basta. Me fallan las fuerzas, hasta para dormir me faltan. No veo el final. Dulce o amargo, no importa, solo quiero llegar. A el punto del camino en el que pueda decir llegué. Y dudo bastante, por no decir mucho, deberia decir del todo, que vaya a ser capaz de aguantar. Tan solo sé que mi salud se resiente. En un nerviosismo y ansiedad acentuada dia tras dia, que no hacen más que consumirme. No se como acabará este sendero, ni siquiera si acabará. Probabilidad absoluta de que él acabe conmigo.
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