No empecemos...para... No el cuello no. No me soples. Como sabes como hacerme estremecer. Y eso es solo el principio. ¿Acaso quieres que ataque yo tu cuello? ¿No? Vaya, mala suerte... ¿De que te quejas ahora? Si has comenzado tú, si me provocas...te provoco. Es inevitable la atracción que ambos sentimos. No hubiese pensado en un principio que me pondrias tanto...por que si... ¡Me pones! Y no nerviosa precisamente. Me pones cardíaca cuando me acaricias, no me puedo resistir. Descubriste mi punto débil, y has comenzado a utilizarlo. Me torturas. Tú y yo sabemos como. Me tienes ahí, desnuda en tu cama, y me acaricias suave y sin compasión. Provocando mi estremecimiento. Haciendome implorar con mis suspiros que me des algo más que caricias.
No hay comentarios :
Publicar un comentario